Los cambios que llegan
A partir del
6 de julio de 2022, todos los coches que se homologuen deberán contar con los siguientes ocho sistemas de seguridad de serie:
- Asistente Inteligente de Velocidad (ISA).
- Detector de fatiga y somnolencia.
- Frenada de emergencia.
- Cámara trasera con alerta de tráfico cruzado.
- Alerta de cambio involuntario de carril.
- Alerta de uso del cinturón en las plazas traseras.
- Caja negra.
- Alcoholímetro integrado.
Todas estas novedades, además, pasarán a ser obligatorias en todos los coches nuevos vendidos a partir del 6 de julio de 2024, independientemente de cuándo fueran homologados. Estas obligaciones forman parte del
proyecto Vision Cero que la Comisión Europea tiene en marcha.
Así funcionará el Asistente Inteligente de Velocidad
El Asistente Inteligente de Velocidad (ISA) es una de las decisiones más polémicas que se han llevado a cabo con la aprobación de este nuevo paquete de medidas y decisiones. Con él, el coche
monitorizará la velocidad a la que se circula y tratará de poner límites al exceso de velocidad.
Aunque los asistentes de velocidad ya se incluyen en buena parte de los vehículos nuevos que se ponen en el mercado, no todos cuentan con las mismas características ni funcionan igual. En el mercado podemos encontrar la alerta por exceso de velocidad, el limitador de velocidad, el control de crucero o el
control de crucero adaptativo, todos con sus propias particularidades.
Si nos centramos en el Asistente Inteligente de Velocidad, este nuevo sistema estudiará la velocidad del vehículo cruzando los datos del GPS con el lector de
reconocimiento de señales del propio automóvil. Así, se actuará lo más rápido posible y alertará al conductor lo antes posible ante un posible exceso de velocidad.
Es decir, no se trata de un control de crucero adaptativo. El conductor tendrá el mando del acelerador en cualquier momento pero, si el vehículo detecta que se está excediendo en la velocidad a la que circula, lanza una señal sonora y visual al conductor. En caso de que no levante el pie, se contempla que el automóvil pueda ser más intrusivo, con señales hápticas en el acelerador (haciéndolo vibrar, por ejemplo) o, incluso, endureciendo el pedal para impedir que el conductor siga acelerando.
Pese a todo, el conductor siempre tendrá los mandos del vehículo y, como ya sucede con los limitadores o controles de crucero actuales, se podrá superar el límite de velocidad hundiendo el pie en el acelerador y superando la barrera puesta por el coche. Además, el sistema
podrá desactivarse buceando en los menús de los vehículos, pero hay que tener en cuenta que, por defecto, siempre se activará cuando volvamos a arrancar el coche.