Re:Europa en coche, 12 días, 10 países.
Días 8 y 9
Nos disponemos a dejar Polonia. Nuestro próximo destino es Viena (Austria), pero para amenizar el viaje decidimos bajar por Slovakia en vez de por Rep.Checa de nuevo, así entramos en otro país aunque solo sea de pasada. Nos esperan 440km.
Aquí estamos cerca ya de la frontera, vemos indicaciones hacia Zwardon que es un pueblo colindante con Slovakia.
La montaña del fondo ya es Slovakia. 1km aproximádamente después de ese gran puente encontraremos la frontera.
Y así es. Tras recorrer esa distancia nos encontramos con este arco que separa los dos países.
Esta imagen es del otro sentido, como si entrásemos a Polonia. Como podéis ver, cambia hasta el color del asfalto, bueno en Polonia y mediocre en Slovakia.
Nada más entrar a Slovakia terminan el buen asfalto y la vía rápida para pasar una irregular carreterucha que pasa por diversos pueblecitos. No es dificil encontrar gallinas en los "arcenes":
Matriculas personalizadas:
Por esta carreterilla nos dirigimos hasta Zilina, ciudad en la que tomamos autopista... y para nuestra sorpresa, era gratuita. Por esta autopista cruzamos prácticamente de norte a sur todo el país, paralelos a la linea que divide Slovakia de Rep. Checa.
Cuando estabamos programando el viaje pensamos en hacer noche en Bratislava, capital de este país, pero al final lo descartamos por ser una ciudad con poco que ver (aunque bonita) y porque se nos iban a ir muchos días ya. Por lo menos la vimos desde lejos desde la autopista.
Indicaciones hacia ella y también hacia Hungría, que la tenemos al ladito.
Llegamos a la frontera de Austria, lugar en el que compraremos la última "viñeta" del viaje. Costó 7€ y nos permite circular por las autopistas austriacas 10 días.
Desde la frontera hasta Viena hay una hora aproximada de viaje, pero como paramos a comer un bocadillo en un área se nos fue algo más de rato. Además tuvimos un percance, y es que mi novia fue a sacar 100€ de un cajero y se le tragó la tarjeta (y los 100€). Total, que tras el mosqueo, el llamar a España para anular la dichosa tarjeta y reclamar el importe se nos fue otro rato.
Aprovecho para decir que si algún día os vais de viaje por el extranjero, os llevéis varias tarjetas de débito/crédito. Mi novia perdió la única que tenía, por suerte yo disponía de otras tres gracias a las cuales nos salvamos literalmente el culo, porque en ese momento íbamos con calderilla.
Al llegar al hotel y con mi portatil y el wifi, transferimos dinero de su cuenta a la mía y sacamos pasta de otro cajero. Al final todo quedó en un susto, pero estas cosas hacen a uno aprender alguna que otra lección para futuros viajes.
Se cuidan bien algunas autoescuelas:
Lo primero que fuimos a ver en Viena tras sacar un abono para el transporte público de 48h (10€ por persona), fue el parque de atracciones de Prater, situado al este de la ciudad. Es el más antiguo de Europa y es famoso por su noria. Llegamos en tranvía.
Ya por la noche, la Ópera de Viena:
Al fondo vemos la Catedral, que está en la céntrica Stephansplatz :
En el metro:
Delante de la Iglesia de San Carlos Borromeo encontramos una parejas bailando tangos a la luz de la luna:
Al día siguiente nos levantamos con un solazo de campeonato. Solazo que nos acompañaría todo el día.
La Stephanplatz y la catedral:
La estatua de Mozart y el palacio de Hofburg por detrás, desde los jardines Burggarten:
Otra de Hofburg por detrás:
El Hotel Sacher.
Es famoso por dar nombre a una conocida tarta vienesa. No se puede ir a Viena sin tomarse en dicho hotel una porción de dicha tarta:
La Opera de Viena por detrás:
El Palacio de Hofburg por delante:
Por dentro:
Heldenplatz:
Maria-Theresien-Platz:
El Museo de Historia Natural:
El Volkstheater (Teatro del pueblo):
La primera vez que lo veo, y a pares:
Rathaus:
Tras todo este paseito, nos cogimos el autobús en Schottentor y nos fuimos hacia el centro a comer. Nos compramos unos bocadillos, rellenamos la botella de agua (tienen fuentes de agua fría) y nos sentamos en el cesped de los jardines Burgartten.
De allí tomamos el metro en Karlsplatz y nos dirigimos a Schönbrunn. Nada más entrar en sus bastos jardines nos encontramos varias ardillas. Lo bueno es que están bastante acostumbradas a la gente (solo necesité tirar unas 60 fotos para que 3 de ellas me quedasen bien):
El Palacio de Schönbrunn:
Arriba del todo de los jardines:
El Palacio afotado desde arriba:
Volviendo al metro por los jardines laterales al Palacio:
Las tonterías que no falten ;D :
Tomando el metro. Gran parte de la linea U4 va descubierta:
Llegamos a la estación (AlserStrasse) que nos deja cerca del hotel, que al estar elevada podemos ver el barrio desde arriba:
Por la noche, y tras cenar, tomamos el tranvía y nos fuimos de nuevo al Parque de Prater (fotos con la cámara de mi novia, una Canon G12 sin trípode, a pulso):
Si os fijáis en esta foto, en mitad del parque, hay un tio reparando su furgoneto en un elevador ??? Es lo más raro que he visto nunca ;D
Y aquí terminan las fotos de Viena.
Nos quedamos con un buen recuerdo, pero los dos coincidimos en que es una ciudad demasiado grande para ver en dos días. Pese a que nos hemos distribuido muy bien el tiempo y los recorridos y tal, para verla bien bien con calma, mínimo uno o dos días más.
A la mañana siguiente nos espera el camino hacia Innsbruck, con un par de paradas interesantes por el camino.