Alfa romeo no nació para cubrir necesidades urbanitas o familiares.
Alfa Romeo nació para cubrir necesidades deportivas o de competición.
Aunque yo también estoy metido en esa dinámica de que debe sacar modelos utilitarios que den rentabilidad, bien pensado en frio, no deberian sacar segmento B ni C... simplemente es una exigencia financiera de estas megaestructuras que asolan las marcas italianas desde hace 3 ó 4 décadas (desde que la compró Fiat)... un modo de compensar el relativo fracaso de no ser autonomo a traves de segmentos altos o deportivos.
Porsche tambien está en una megarcoporacion y no le plantan ese tipo de coches "utilitarios". Para eso ya esta Cupra, Audi, Vw... del mismo modo que está Fiat , coches para la masa, para el pueblo.
Suficiente que ya invadieron el terreno de Lancia... que dejen hueco a Fiat!!
Alfa nació para una cosa, pero ha sido muchas a lo largo de su centenaria historia.
Y, desde luego, a partir de la IIGM, ha tenido vocación de cubrir necesidades familiares. Con todo el dinamismo posible, pero familiares,
Es más, siempre ha tenido el problema de crecer hacia abajo para adquirir volumen: lo intentó con Renault (con la oposición de Fiat), por su cuenta, con Nissan y luego con Fiat. Según y cómo salió bien (145/146, 147) regular (Alfasud, Giulietta, ¿Mito?) o directamente, mal (Arna). Al final, los problemas "abajo" y "arriba" acabaron con pérdidas millonarias y la venta de la marca.
Lo curioso es que, allá por 1945, AR, ya pública, se plantea por primera vez ser marca familiar. Pero, para distinguirse de la AR de los 6C y 8C, decide crear una submarca, que se llamaría Gazella (nihil novum sub sole). Se plantean un modelo aerodinámico de tracción delantera. Al final, todo se descarta, y tiran por un propulsión convencional con un motor ultramoderno: el 1900, germen, con el Giulietta, de la actual AR "familiar", por más que dinámica y conviviendo con modelos netamente deportivos.
Es lo que hay.
Así que toca crecer hacia abajo (y con SUVs, que es lo que toca) y de forma rentable para tener cosas arriba que merezcan la pena.