No entiendo muy bien esto de las actualizaciones para adaptarse a normas medioambientales cuando, y hasta donde uno sabe, no afectan a productos ya vendidos y, además, buena parte de la normativa se articula sobre fechas de venta (en funciónd e la la entrada en vigor de normas anticontaminación) o fichas técnicas de origen, sin que una posible actulización de software suponga ventaja alguna sobre esos parámetros.
A menos, claro, que de origen el coche no cumpla con las propias especificaciones que anuncia, cosa que no creo.
Como dice Nacho, que al menos no nos reduzcan potencia y par.
Como anécdota, señalar que, en 2016, y con más de 200.000 km. a sus espaldas, me actualizaron el software de gestión del motor del Stilo de 2007.
Así que, a buen seguro, esta no será ni la primera ni la última.