sedicivalvole
Gran Alfista
Hace unos meses estuve una semanita por Suiza y por el norte de Italia con mi novia. Reservamos en el aeropuerto de Bergamo (Milán) un Fiat Panda 1.2, pero al llegar no les quedaba ninguno y nos dieron las llaves de un Alfa MiTo 1.6Mjet. Toma ya! 8)
Aunque aterrizamos y cogimos el coche en Italia, la idea era salir zumbando hacia Suiza y dejar Italia para el final, no sin antes, hacer una parada en Como, pueblo que da nombre al Lago di Como, punto donde se encuentra la frontera con Suiza. Nos encontramos algo de lluvia, pero por suerte llevamos buenos chubasqueros.
Estas fotos ya son recién entrados a Suiza, en la autopista camino a Lucerna donde pasaríamos dos noches. Como veis el día sigue nublado y encontramos numerosos bancos de niebla.
La pegatina que se ve en la parte superior del parabrisas es la "Vignette". Es un distintivo que te permite circular por las autopistas suizas y tiene una validez de una año. Allí no hay peajes. La pegatina la venden en las aduanas, estancos y demás sitios por 40CHF (30€ aprox.). Yo la compré poco antes del viaje por eBay por 15€. Lo bueno de esta pegatina es que se puede despegar sin mucha dificultad, no como las de la ITV de aqui. Si te pillan sin ella por una autopista son 600€ de multa.
Nos encontramos con un túnel terríblemente largo, eran casi 20km.
Al salir ni había niebla, ni lluvia, ni nada... el día parecía más despejado. El paisaje era el típico suizo, con laderas altas de verde hierba donde se levantaban pequeños pueblecitos. Parecía una maqueta de trenes.
Tras varias paradas llegamos a Lucerna por la tarde. Tras soltarlo todo en el hostel y hacer el vago unos minutos, salimos a dar una vuelta por la ciudad, pero en seguida empezó a caer el sol. Esta ciudad está en la ladera del Lago de los Cuatro Cantones, que es el que se ve en las fotos.
El primer contacto con la ciudad es bueno. Las ciudades suizas y en sí todo el país está lleno de lagos. Cenamos algo rápido y nos volvimos al hostel. El MiTo lo aparcamos en un callejón al lado del hotel. Suerte tuvimos porque solamente había una plaza libre en ese callejón. El resto era parking de pago o en la calle poniendo ticket.
Tras pasar la noche salimos de nuevo por la misma zona, pero esta vez para verla más detenidamente a la luz del día. Como no, el cielo está tapado y por supuesto, algún que otro rato nos llovió.
El puente de la capilla:
La Plaza del Leon:
Después de comer, visto que Lucerna es una ciudad que se ve rápido si no te metes en museos y demás, decidimos acercarnos a Zurich (a 60km), pero lo haríamos por carreteras secundarias para disfrutar del precioso paisaje suizo.
El paisaje es precioso. Vacas, praderas verdes, carreteras de esas que uno disfruta haciendo kms, lagos, ríos azules, pueblecitos pintorescos cada uno con su iglesia...
Por fin llegamos a Zurich. A simple vista es parecida a Lucerna porque se levanta a las orillas de un rió que va a dar a un gran lago, pero tras una vuelta por ella en coche vemos que es mucho más grande. Si Lucerna es Tarragona, Zurich es Barcelona. Es curioso porque tras haber estado en varias ciudades europeas, en España el tramvía es un gran olvidado.
A la vuelta a Lucerna ya nos anocheció en el camino. Hicimos noche en el mismo hostel y por suerte, aparcamos en el mismo callejón. Esto compensaría los 2 o 3€ que nos costó aparcar el MiTo en Zurich un par de horas o menos.
A la mañana siguiente compramos desayuno en un supermercado que había cerca del hostel y pusimos rumbo hacia St. Moritz (Suiza). Pasaríamos allí la siguiente noche, para ser exactos en Celerina, que es el pueblo de al lado. De Lucerna hasta Chur tomamos la autopista, pero por aquello de ver mundo decidimos tomar carreteras secundarias hasta nuestro destino.
Aqui se ve Chur desde la carretera de montaña que tomamos:
Saint Moritz:
Y este es quizás el coche más típico de Suiza, raro raro raro. Un Mitsubishi Lancer Wagon 4x4:
Tras cenar una mierda de "tostadas" con tomate y queso fundido con Cocacola por 20€, nos fuimos a dormir al Hostel para partir hacia Italia por la mañana.
Decidimos dar más vuelta para ver El Passo dello Stelvio. La ruta fue muy chula, y suerte del GPS, sino al igual llegamos puesto que has de meterte por cada carretera "carretera"... El GPS nos llevó hasta el penúltimo pueblo de Suiza, llamado Sta. Maria de Müstair. Ahí tomamos una dura carreterucha con tramos sin asfaltar que nos llevaría hacia el Passo de Umbrail, que es el paso fronterizo de montaña donde termina Suiza.
Una toma de todo lo que hemos subido:
De lo que nos queda:
Y de la cumbre:
5 metros después nos encontramos, por fin, con esto:
Passo dello Stelvio:
Pasar por aqui era obligado en este viaje. Y mereció la pena, es un lugar para recordar porque la primera vista es impactante. Decir también que el MiTo tuvo un antes y un después, tras dejar atrás este puerto. Las pastillas de freno empezaron a sonar cosa mala, pero es que había ratos que sin frenar, a la que giraba una pizca el volante, sonaban también, y tenía que acariar el freno para que se callasen. En fin.
De Stelvio fuimos sin parar (solo para echar una meadita) hasta Venecia. La verdad es que fue quizás el tramo más pesado de todo el viaje. Fueron casi 500km sin nada interesante que ver. Llegamos a Venecia sobre las 18h y aparcamos en uno de los tres parkings que hay en Piazzale Roma, nada más cruzar el puente que nos lleva a la Venecia que todos conocemos. Decir que el parking lo reservamos días antes por internet, y aunque por ello solo nos ahorramos 2€, hicimos bien porque estaba lleno hasta arriba.
Al día siguente subió la marea por encima de lo normal, y aunque ese hecho no impidió que la ciudad funcionase con normalidad, fue curioso.
Aunque aterrizamos y cogimos el coche en Italia, la idea era salir zumbando hacia Suiza y dejar Italia para el final, no sin antes, hacer una parada en Como, pueblo que da nombre al Lago di Como, punto donde se encuentra la frontera con Suiza. Nos encontramos algo de lluvia, pero por suerte llevamos buenos chubasqueros.
Estas fotos ya son recién entrados a Suiza, en la autopista camino a Lucerna donde pasaríamos dos noches. Como veis el día sigue nublado y encontramos numerosos bancos de niebla.
La pegatina que se ve en la parte superior del parabrisas es la "Vignette". Es un distintivo que te permite circular por las autopistas suizas y tiene una validez de una año. Allí no hay peajes. La pegatina la venden en las aduanas, estancos y demás sitios por 40CHF (30€ aprox.). Yo la compré poco antes del viaje por eBay por 15€. Lo bueno de esta pegatina es que se puede despegar sin mucha dificultad, no como las de la ITV de aqui. Si te pillan sin ella por una autopista son 600€ de multa.
Nos encontramos con un túnel terríblemente largo, eran casi 20km.
Al salir ni había niebla, ni lluvia, ni nada... el día parecía más despejado. El paisaje era el típico suizo, con laderas altas de verde hierba donde se levantaban pequeños pueblecitos. Parecía una maqueta de trenes.
Tras varias paradas llegamos a Lucerna por la tarde. Tras soltarlo todo en el hostel y hacer el vago unos minutos, salimos a dar una vuelta por la ciudad, pero en seguida empezó a caer el sol. Esta ciudad está en la ladera del Lago de los Cuatro Cantones, que es el que se ve en las fotos.
El primer contacto con la ciudad es bueno. Las ciudades suizas y en sí todo el país está lleno de lagos. Cenamos algo rápido y nos volvimos al hostel. El MiTo lo aparcamos en un callejón al lado del hotel. Suerte tuvimos porque solamente había una plaza libre en ese callejón. El resto era parking de pago o en la calle poniendo ticket.
Tras pasar la noche salimos de nuevo por la misma zona, pero esta vez para verla más detenidamente a la luz del día. Como no, el cielo está tapado y por supuesto, algún que otro rato nos llovió.
El puente de la capilla:
La Plaza del Leon:
Después de comer, visto que Lucerna es una ciudad que se ve rápido si no te metes en museos y demás, decidimos acercarnos a Zurich (a 60km), pero lo haríamos por carreteras secundarias para disfrutar del precioso paisaje suizo.
El paisaje es precioso. Vacas, praderas verdes, carreteras de esas que uno disfruta haciendo kms, lagos, ríos azules, pueblecitos pintorescos cada uno con su iglesia...
Por fin llegamos a Zurich. A simple vista es parecida a Lucerna porque se levanta a las orillas de un rió que va a dar a un gran lago, pero tras una vuelta por ella en coche vemos que es mucho más grande. Si Lucerna es Tarragona, Zurich es Barcelona. Es curioso porque tras haber estado en varias ciudades europeas, en España el tramvía es un gran olvidado.
A la vuelta a Lucerna ya nos anocheció en el camino. Hicimos noche en el mismo hostel y por suerte, aparcamos en el mismo callejón. Esto compensaría los 2 o 3€ que nos costó aparcar el MiTo en Zurich un par de horas o menos.
A la mañana siguiente compramos desayuno en un supermercado que había cerca del hostel y pusimos rumbo hacia St. Moritz (Suiza). Pasaríamos allí la siguiente noche, para ser exactos en Celerina, que es el pueblo de al lado. De Lucerna hasta Chur tomamos la autopista, pero por aquello de ver mundo decidimos tomar carreteras secundarias hasta nuestro destino.
Aqui se ve Chur desde la carretera de montaña que tomamos:
Saint Moritz:
Y este es quizás el coche más típico de Suiza, raro raro raro. Un Mitsubishi Lancer Wagon 4x4:
Tras cenar una mierda de "tostadas" con tomate y queso fundido con Cocacola por 20€, nos fuimos a dormir al Hostel para partir hacia Italia por la mañana.
Decidimos dar más vuelta para ver El Passo dello Stelvio. La ruta fue muy chula, y suerte del GPS, sino al igual llegamos puesto que has de meterte por cada carretera "carretera"... El GPS nos llevó hasta el penúltimo pueblo de Suiza, llamado Sta. Maria de Müstair. Ahí tomamos una dura carreterucha con tramos sin asfaltar que nos llevaría hacia el Passo de Umbrail, que es el paso fronterizo de montaña donde termina Suiza.
Una toma de todo lo que hemos subido:
De lo que nos queda:
Y de la cumbre:
5 metros después nos encontramos, por fin, con esto:
Passo dello Stelvio:
Pasar por aqui era obligado en este viaje. Y mereció la pena, es un lugar para recordar porque la primera vista es impactante. Decir también que el MiTo tuvo un antes y un después, tras dejar atrás este puerto. Las pastillas de freno empezaron a sonar cosa mala, pero es que había ratos que sin frenar, a la que giraba una pizca el volante, sonaban también, y tenía que acariar el freno para que se callasen. En fin.
De Stelvio fuimos sin parar (solo para echar una meadita) hasta Venecia. La verdad es que fue quizás el tramo más pesado de todo el viaje. Fueron casi 500km sin nada interesante que ver. Llegamos a Venecia sobre las 18h y aparcamos en uno de los tres parkings que hay en Piazzale Roma, nada más cruzar el puente que nos lleva a la Venecia que todos conocemos. Decir que el parking lo reservamos días antes por internet, y aunque por ello solo nos ahorramos 2€, hicimos bien porque estaba lleno hasta arriba.
Al día siguente subió la marea por encima de lo normal, y aunque ese hecho no impidió que la ciudad funcionase con normalidad, fue curioso.